El ácido ascórbico, el antioxidante de moda

 

Ponente: Dr. Rafael Botella Estrada

 

La vitamina C o ácido ascórbico es una molécula hidrosoluble con capacidad antioxidante sintetizada por múltiples plantas y animales. Entre las principales fuentes de ácido ascórbico en la dieta humana se encuentran los cítricos, las fresas, los tomates y otros vegetales. El ser humano no tiene capacidad para producir la vitamina C, por lo que ésta debe aportarse con los alimentos antes mencionados.

La absorción se produce en la parte distal del intestino delgado y su concentración sanguínea está regulada por la excreción renal. Un aporte diario de unos 100 mg/día con la dieta es suficiente para mantener concentraciones plasmáticas normales de esta molécula. La ingesta de mayores cantidades no supone una mayor absorción, por lo que el aporte de suplementos orales de vitamina C supondrá aumentos muy discretos en la concentración sanguínea y cutánea de esta molécula.

Entre las funciones principales del ácido ascórbico se encuentra su capacidad reductora, por lo que su participación es fundamental en numerosos procesos bioquímicos. Además participa en el transporte de ácidos grasos, la síntesis de neurotransmisores, el metabolismo de las prostaglandinas y  la síntesis del colágeno. 

Su deficiencia causa el escorbuto, cuyas principales manifestaciones se centran en los huesos, la piel y las mucosas. Los hallazgos cutáneos típicos de esta enfermedad son la hiperqueratosis folicular en abdomen, antebrazos y piernas, y  los cabellos en espiral con presencia de hemorragia perifolicular. En las mucosas, el escorbuto causa la aparición de hipertrofia gingival con encías erosionadas y hemorrágicas. 

Respecto a los usos estrictamente dermatológicos, el ácido ascórbico se ha utilizado como cosmecéutico. La principal dificultad en este sentido deriva de su inestabilidad a la hora de incorporarlo a las formulaciones tópicas. En la actualidad existen varias moléculas con ácido ascórbico con estabilidad suficiente para su utilización tópica. Una de ellas, el ácido L-ascórbico se oxida con facilidad, adquiriendo una tonalidad amarillenta y tiene una actividad menor que otras formas, como el ascorbil palmitato y el fosfato magnésico ascórbico son utilizadas preferentemente.  

Con la aplicación tópica de ácido ascórbico se pretenden 3 efectos fundamentales: 

1. Aumento de la síntesis de colágeno.  El ácido ascórbico es un factor esencial para algunos de los procesos enzimáticos implicados en la formación del colágeno. Estudios realizados in vitro han demostrado que la adición de ácido ascórbico a cultivos de fibroblastos consigue aumentar la proliferación de estas células. Relacionada con esta función, la aplicación tópica de diferentes compuestos de vitamina C durante un periodo prolongado ha demostrado una disminución en las arrugas faciales que histológicamente se correlaciona con un aumento en el colágeno dérmico.

2. Fotoprotección. La exposición solar genera, junto a la conocida formación de dímeros de timina en el ADN, la formación de radicales libres. Los fotoprotectores clásicos no protegen frente a estos últimos. La utilización de antioxidantes, principalmente en combinación, ha demostrado un efecto protector frente a la radiación ultravioleta.  Por ello, se investiga en la actualidad la utilización conjunta de filtros fotoprotectores junto con moléculas antioxidantes, como la vitamina C y la E, para optimizar la protección frente al sol.

3. Disminución de la inflamación. El ácido ascórbico disminuye la producción de varias citocinas con efecto proinflamatorio. La aplicación tópica de ácido ascórbico, tanto tras la realización de procesos dermatológicos localmente agresivos como en ciertas enfermedades dermatológicas como la rosácea, ha demostrado una disminución tanto de la intensidad como de la duración del eritema.

 

 

Rafael Botella
- Licenciatura en Medicina y Cirugía por la Facultad de Medicina de la Universidad de Alicante con fecha 6 de Febrero de 1987. 
- Premio Extraordinario de Licenciatura (1 de Febrero de 1988). 
- Título de Médico Especialista en Dermatología Médico-Quirúrgica y Venereología con fecha 31 de Diciembre de 1993 (MIR Hospital General Universitario de Valencia). 
- Doctor en Medicina por la Universidad de Valencia (3 de Octubre de 1996) con la calificación de “Apto cum Laude por unanimidad” (tesis doctoral: "Terapia génica del melanoma mediante transfección de las células neoplásicas con el gen del factor estimulador de las colonias de granulocitos y macrófagos").
- Profesor Titular de Dermatología de la Facultad de Medicina de la Universidad de Valencia desde el 9 de Febrero de 2011
- Jefe de Servicio de Dermatología. Hospital Universitario La Fe. Valencia
- Investigador principal o coinvestigador de 6 proyectos de investigación financiados por organismos públicos nacionales (FIS) o autonómicos (Generalitat Valenciana), 
- Coeditor de 1 libro de Dermatología y autor de 22 capítulos en Libros de Dermatología.
- Autor de 83 publicaciones científicas en revistas internacionales y de 104 en revistas nacionales. 
- 330 presentaciones en congresos y reuniones científicas
 
 

 Bibliografía:

Sanz-Motilva V, Martorell-Calatayud A. Vitamina C. Monogr Dermatol 2012;25:35-8

Valdés F. Vitamina C. Actas Dermosifiliogr 2006;97:557-68

itzpatrick RE, Rostan EF. Double-blind, half-faced study comparing topical vitamin C and vehicle for rejuvenation of photodamage. Dermatol Surg 2002;28:231-6.

Lin YJ, Selim MA, Shea CR, et al. UV photoprotection by combination of topical antioxidants vitamin C and vitamin E. J Am Acad Dermatol 2003;48:866-74.